13.6.07

Habitación Perdida o si mi reloj cociera huevos


Paisaje desértico. Un cielo despejado... excepto por un minúsculo punto que se va haciendo más y más grande. Un jovenzuelo desorientado cae a gran velocidad contra una carretera polvorienta.

Momentos antes jugaba a los bolos en otra parte del país. Un loco desaliñado grita no se qué "falta de concentración" saca rápidamente una especie de billete viejo de autobús del bolsillo de su chaqueta. El joven nota el papel en la frente y luego... Puf... En mitad de Gallup, Nuevo México.

Así es La Habitación Perdida (The Lost Room) una miniserie de tres capítulos (en algunos países divididos en seis) sobre un centenar de objetos cotidianos con propiedades asombrosas (en ocasiones inútiles a simple vista). Entre ellas, el billete de autobús que siempre manda a quien lo toca al mismo punto de Nuevo México, un peine que para el tiempo durante diez segundos, un reloj que cuece huevos o un lápiz que fabrica peniques.

Pero de todos los objetos, el más molón es la llave de la habitación número 9 de un motel, precisamente en Gallup. La llave da acceso, desde cualquier puerta con cerradura, a esa habitación. Y desde ahí a cualquier puerta del mundo. Esa zona de tránsito es la habitación perdida, porque ya no existe. Desapareció en 1961 y, con ella, todos los objetos que había en su interior. Éstos se han vuelto especiales y están desperdigados por ahí.

Con grupos a favor de recolectar los objetos y otros partidarios de esconderlos, el destino quiere que el detective Joe Miller encuentre por casualidad la llave y que, por accidente, su hija desaparezca en la habitación pérdida.

La serie irá desgranando los esfuerzos de Miller por encontrar una fórmula de recuperar a su hija al tiempo que descubre nuevos objetos y su historia. Entre otras cosas, que combinándolos adquieren nuevos poderes.

Está bien traída y es muy amena. Sin embargo es penoso que deje un final con tantos frentes abiertos. No termina de explicar por qué sucede el Evento (lo que hizo desaparecer la habitación y confirió propiedades a sus objetos) y te deja un poco en ascuas. Es más frustante teniendo en cuenta que, con sólo tres episodios, podían haberse currado más el final.

Con todo es muy recomendable, es similar en su concepto a Heroes pero tiene un rollo retro (todos los objetos son de los años 60), cuenta con momentos hilarantes y otros de suspense muy logrados. Ya tiene una comunidad de internautas apasionados tras ella, entre ellos yo, deseando que hagan una serie entera como hicieron con Los 4.400. Sobre todo, porque hay cerca de un 90% de los objetos a los que todavía no se les ha sacado partido.

¿Para que servirán los polvos para los pies?