18.7.06

Reflexiones sobre una tabla

A todos aquellos que no sepais lo que es un 360º de backside os diré que ójala yo tampoco lo supiera y es que en los deportes de riesgo, lo del riesgo no es sólo un calificativo molón para usarlo cuando ligas con las chicas, es el peligro real de quedarte sin dientes a las primeras de cambio. Y cuando uno quiere volver a hacer las cosas que hacía con 15 años cuando casí tiene 30 pues el riesgo asciende como la espuma en la escala Shaffir-Simpson de guantazos. ¿Qué a que viene todo esto?, pues a que voy a contar una historia. Resulta, algunos lo sabeis ya, que me ha dado por irme por las tardes a hacer snow al snow zone, anteriormente conocido como Madrid Xanadú, que por cierto, el que le puso el nombre estaba inspirado ese día. Pues bien, llevo ya un tiempo y la verdad es que me voy animando a hacer cositas. El lunes tuve mi primera experiencia con las barandillas. Para los enteraos eso se llama grindar, y consiste, más o menos, en que tu saltas, colocas la tabla sobre una barandilla metálica y te deslizas sobre ella para retornar luego a la nieve elegantemente y con una sonrisa de oreja a oreja porque sabes que la rubia de la tabla te estaba mirando. Bueno, así funciona, en teoria. El caso es que el lunes, después de muchos días mirandola, me decidí a enfrentarme con la dichosa barandilla.
Primer intento: Todos sabeis que soy hombre precavido, las cosas despacito y con buena letra, tanteando el terreno. Pues bien, en cualquier deporte que implique deslizamiento cuanto más despacio vayas más posibilidades tienes de partirte la crisma. Dicho y hecho, entré demasiado despacio, me salí de la barandilla y fui a dar con mi coxis en el suelo. Pero, oye, quien dijo miedo. Valor y al toro.
Segundo intento: Corregimos el error de la velocidad. Entramos un poquito más deprisa. Parece que todo va bien, ya estás a punto de girarte y guiñarle un ojo a la rubia, pero, oh desgracia, no te habias percatado de lo alto que estas cuando tienes que bajar de la barandilla y es entonces cuando cometes el segundo error. Te acojonas. El resultado es que incoscientemente te echas hacia atrás mientras piensas: "Que se pare el mundo, que quiero bajarme". En esa postura la recepción no es muy buena y después de dos o tres vueltas decampana logras frenar el movimiento. Bueno, está claro, aquí hay que echarle cojones y no achantarse por nada.
Tercero y cuarto intentos: Perfectos, maravillosos, adrenalina, que sensación, que pasada. La velocidad justa, la recepción perfecta. Pero... lo que pasa es que estos son los más peligrosos porque coges confianza.
Cuarto intento: Aquí es cuando vas de profesional. Apartaos que voy. A toda hostia. Saltas, pero... de repente te das cuenta que te has pasado un tercio de barandilla y sigues en el aire, además, durante el vuelo has ido girando asi que cuando la tabla toca el metal tienes los cojones a la altura de las amigdalas y te has olvidado de que tienes que flexionar las piernas. Resultado: rebotas y sales disparado hacia adelante. En mi caso aterrizando de cara, gracias a Dios, sobre la nieve.
No hay lesiones graves. El próximo día vuelvo a intentarlo. Espero que no esté la rubia.
Ya se que esto no tiene mucho que ver con la ciencia ficción, pero bueno, que se pueda hacer snow en Madrid en julio algo de paranormal tiene no?
Saludos amigos.