27.3.08

God of War para PSP: El Olimpo en tu bolsillo

Uff.

Siempre son odiosos estos parones blogueros. Lo vas dejando, lo vas dejando… En mi descarga tengo que decir que no he parado de trabajar, de ver pelis frikis y de dejarme los dedos pegaos en la PSP. En este último asunto, y sin que sirva de precedente, he tenido la suerte de disfrutar de una primicia: God of War: Chains of Olympus.

Ala, ahí está el brutote de Kratos haciendo de las suyas. ¿Ein, qué no sabéis quién es Kratos? Pues resulta que es un maromo enorme sin pelo y vestido a rayas rojas, que era espartano, que después se hizo semidios y después de cargarse a parte del Olimpo de los griegos con sus cadeno-espadas llameantes pasó a ser el nuevo dios de la guerra. Tras dos títulos para las consolas mayores, ahora aparece éste para la enana portátil.

La historia es que Morfeo el dios del sueño se quiere quedar con el cotarro y dominar al resto de las divinidades griegas. Kratos tendrá que impedirlo. El juego es un mata-mata sangriento en tercera persona con algunos puzzles. Es igualito a un Tomb Raider pasado por las manos de Wes Craven, con mucha casquería.


Muy buenos gráficos, de los mejores en PSP, con unos escenarios acojonantes y unos movimientos del personaje espectaculares y muy logrados. De todo, lo peor es pasarse todo el rato buscando y abriendo arcones (tardas un ratito en hacerlo al tiempo que te están dando de ostias) para rellenar vida o magia o recoger puntos con los que ampliar poderes y armas. Ah, también a veces se ralentiza un poco.

Otra cosa. Es un juego jodidillamente difícil. Para los que no están habituados mejor empezar en "Fácil" porque aunque el principio da un poco de cuartelillo, pronto comienza a ser una merienda de negros. Es un juego ideal para pasar el rato. Después de un día malo, nada mejor que masacrar, acuchillar y degollar. Lo mejor es el uso de la combinación de teclas en el momento justo para conseguir combos con los que acabar sádicamente con bestias como gárgolas, cíclopes o medusas y los bichos de final de fase que son enormes.