Epinefrina para Superman, maios.
Estertor de verano, maios. Me voy de vacaciones a Alemania en dos días y éste, presumiblemente, será mi último envío a la Nostromo. Como no os habéis atrevido, me hago cargo de Superman Returns.
Voy a prescindir de la psique nostálgica. Quiero imaginar que era un chaval de 7 años que fue a ver al cine a Superman por primera vez en toda su vida. ¿Me gustó?
A un superhéroe hay que verle hacer superheroicidades, y no es el caso, maios. Hay un momento en el que le da un chungo y le llevan al hospital, tirado en una camilla, pasillo arriba, pasillo abajo, y se oye a un médico decir de fondo: ¡epinefrina, epinefrina!
¿Qué mariconadas son estas? Este Superman es un pupas, se queja demasiado, tiene una trama familiar demasiado densa que se resume en:
-Te fuiste sin decirme nada, tú.
-Tenía que hacerlo. Lo siento.
-Es demasiado tarde. Ahora me lo he montado con otro más guapo y tengo un hijo, tú.
En fin, tiene partes excitantes. Cuando detiene el avión, la paliza con Lex Luthor. La trama del malvado está bien: Luthor va al chiringo que tiene Superman en el ártico y le roba los cristales con los que habla con su padre y después los usa para mezclarlos con el agua y crear una ciudad que te cagas mezclada con kriptonita.
No me desagradó del todo porque yo soy un incondicional de Superman. Te deja una sensación de extrañeza y no sabes por qué es: claro, después te das cuenta de que este Superman vuela el doble de rápido que el otro, los ruidos son más fuertes, los giros son más bruscos... los efectos especiales darían para lucirse, pero este maio pasa de todo, sólo le preocupa su lugar en el mundo. En fin, en fin...
1 Comments:
Encantado de leerte de nuevo Dannyboy. Como siempre, tu particular visión cinematográfica me ha parecido fascinante.
Además reafirma mi intención de no pagar por ver esta peli
12:29
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