Hijos de los hombres: el futuro sin descendencia

Hace poco he visto Hijos de los hombres. Me extraña que no la hayáis comentado. Habría formado parte notoria de nuestro programa de No futuro. La película se basa en una novela de P.D. James, que se ha reeditado después de la película con la cara de Clive Owen en la portada y el doble de su precio habitual. Ya sabéis: "el libro en el que se basó la película".

Está muy bien narrada a través de la mirada del Owen, que está rodeado de un sinfín de protagonistas secundarios todos muy bien definidos. Si es que cuando hay un buen guionista detrás, da gusto.

Empieza con el tipo que entra en una cafetería donde todo el mundo está boquiabierto con la noticia que aparece en televisión: el último humano nacido, un adolescente maleducado encumbrado por los medios de comunicación por ser el último humano nacido en un mundo en el que todas las mujeres y hombres han quedado infértiles, ha sido asesinado por un grupo de fans. Y así queda presentada la historia.

El futuro Londres se parece más al Londres de la II Guerra Mundial. Lo interesante es que la historia entronca muy bien con lo que está pasando ahora: hay un miedo visceral en la población para con los inmigrantes. Ya no nacen americanos, así que la oleada de inmigrantes es mucho más peligrosa, hace peligrar, de hecho, la pervivencia de América. Y se levantan muros separando fronteras. Pero eso no es el futuro, maios, sino el presente.

La ficción es que algún elemento nuclear, no recuerdo muy bien el macguffin, deja infértiles a todos. Sin embargo, hay un grupo rebelde que está en contra de la represión gubernamental contra los inmigrantes. Mucho más cuando encuentran a una joven negra embarazada a la que tienen que proteger. Imaginad: "la primera mujer embarazada en los últimos 50 años es una negra". Al gobierno no le gustaría y a una parte de los rebeldes les molaría aprovechar esa idea políticamente. Julianne Moore tiene que convencer a Owen (que fue un aguerrido libertario en su juventud, cuando estaban casados, pero que se convirtió en un descreído apolítico a lo Bogart en Casablanca cuando su hijo murió) de que proteja a la mujer porque sí, sin matices políticos.

Es una película muy sobria y muy elegante. Claro que mi hemisferio cerebral freakie echó de menos los gadgets de las películas del futuro. Pero ésta es de las de la realidad después del cataclismo, como el Planeta de los Simios o Soylent Green, y no de las de la realidad después de la quinta revolución tecnológica, como Desafío Total o Minority Report...

En fin, hoy me he puesto serio, pero es que me acaban de operar y estoy de baja laboral que me subo por las paredes. J. C., espero que pases un manual de instrucciones con esa flamante web que nos presentas, eres el Arquitecto de la criatura, pero, para ateos reconvertidos, compórtate mejor que Dios y deja un "manual de uso". Te queremos y adoramos fuera de los templos. Viva Phillip K. Dyck tocándole los pechos a J.K. Rowling! Besos, d.

pd. Sigo sin tener icono para fotos. Te importa... :-D