22.8.06

Silent Hill, chapuza truculenta

Hey, rompo con la sequía estival casi un mes después (ya nos vale) para comentar una peli que anticipamos aquí hace un tiempo: Silent Hill. Muy interesante se me parecía en aquel entonces cuando sólo habíamos visto el trailer americano.

La historia, en pocas palabras: Niña con sueños raros por un pueblo, madre que la lleva al pueblo maldito, accidente de coche, la niña se pierde, a buscar a la nena y de paso salvar de la perdición al pueblo.

Pues bien, lo que me temía que podía ocurrir y que en lo más profundo de mí esperaba que no pasara, pasó. Esto es, pagar por ver un nuevo mojón a propósito de un videojuego. Y no es que la idea original no fuera buena. El juego estaba muy currado y contaba con una historia intrigante y acojonante. Su versión cinematográfica se esfuerza por mantener los logros del juego. Es lo único que se salva, la atmosfera férrico apocalíptica y los demonios amorfos calcaditos al original creado por Konami. Hasta utilizan la misma música, la genial banda sonora de Akira Yamaoka (eso sí que pone los pelos de punta).

Ahí se queda lo bueno. Dejando a una lado la ambientación (lo que demuestra que había pasta para hacer algo mejor las cosas) todo lo demás es un desastre. Sobre todo lo referido a eso de contar cosas con imágenes en movimiento (lo que conocemos por cine, vamos). Las secuencias está demasiado deslabazadas, carentes de unidad, dejando a la cinta sin ritmo. Las actuaciones son desasostras y algunos dialogos están hechos para percebes. Muchas conexiones de la trama están cogidas con calzador y la mayor parte del tiempo las situaciones a las que se enfrentan los protagonistas son poco menos que ridículas (como esa en las que aparecen unas enfermeras demonio que parecen salidas del Thriller de Michael Jackson). Para colmo hay que tragarse una extensa explicacion de la maldición del pueblo, con megaflasback para tontos. Por no decir de un final en exceso sanguinolento con alambres de espino asesinos y sangre a borbotones.

Amigos de nuevo una decepción, todo lo más... para reirse un rato. Miedo, lo que se dice miedo... muy poquito.

A más ver.