Saw 2: Al final te lo explico, maio
He visto visto dos. O he visto dos. O he visto Saw 2. Lo siento, pero es que me gusta hacer estas bromitas. Es domingo, en la redacción no se puede fumar, no me apetece bajar a echar el cigarro, pero sí disponer del tiempo que dura hasta la colilla.
Bueno, arrancada la originalidad y la novedad de la primera, la secuela de Saw no desmerece. Claro que ahora resulta cargante el tono sabidillo (como el de un mago que se sabe el truco) del malo maloso. Me recuerda al tono de Hannibal Lecter en la tercera entrega, en la que ya estás hasta las narices de que el maio hable a todo el mundo como si fuera lerdo lerdo.
La historia es que el malo se deja coger por un poli, pero para meterlo en uno de sus juegos macabros en el que está encerrado su propio hijo. De hecho, encierra al chaval con siete expresidiarios que su padre metió en la cárcel con pruebas falsas. Y a todos les hace inhalar gas sarín. Un cachondo el psico este...
Está muy bien resuelta la peli. El contenido, al menos, porque formalmente abusa demasiado de los flash. Es que ahora los directores no saben hacer montajes paralelos ni flash back, así que dan fogonazos de escenas mientras se recuperan frases sueltas del malo (todos los thriller ahora son así y todas las películas de Guy Ritchie) Montadas a la vez dan la explicación de la trama para quien no se haya coscado. En este caso, el flash final dura muchísimo y recorre todas las escenas clave de la película desde los títulos de crédito. Una inutilidad de guión y dirección.
Es entretenida. Y muy guarra.
Bueno, arrancada la originalidad y la novedad de la primera, la secuela de Saw no desmerece. Claro que ahora resulta cargante el tono sabidillo (como el de un mago que se sabe el truco) del malo maloso. Me recuerda al tono de Hannibal Lecter en la tercera entrega, en la que ya estás hasta las narices de que el maio hable a todo el mundo como si fuera lerdo lerdo.
La historia es que el malo se deja coger por un poli, pero para meterlo en uno de sus juegos macabros en el que está encerrado su propio hijo. De hecho, encierra al chaval con siete expresidiarios que su padre metió en la cárcel con pruebas falsas. Y a todos les hace inhalar gas sarín. Un cachondo el psico este...
Está muy bien resuelta la peli. El contenido, al menos, porque formalmente abusa demasiado de los flash. Es que ahora los directores no saben hacer montajes paralelos ni flash back, así que dan fogonazos de escenas mientras se recuperan frases sueltas del malo (todos los thriller ahora son así y todas las películas de Guy Ritchie) Montadas a la vez dan la explicación de la trama para quien no se haya coscado. En este caso, el flash final dura muchísimo y recorre todas las escenas clave de la película desde los títulos de crédito. Una inutilidad de guión y dirección.
Es entretenida. Y muy guarra.
1 Comments:
A mi me pareció muy mala, mala, mala hasta decir basta.
14:24
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