300. En Chueca.

Bueno. Pues como nadie se anima voy a ser yo. El otro día me fui a ver 300. El cómic animado de Frank Miller. Y oye, que me gustó. Y mucho además. Cada imágen de la pelicula parece más una viñeta que un fotograma. La luz, la ambientación, y sobre todo, el ritmo y el montaje son esplendidos. La historia ya nos la sabemos todos y sabemos a lo que vamos. A ver sablazos, mandobles y sangre por cubos. 300 da lo que promete y en ración doble. Leonidas y sus trescientos espartanos son los más gallos del acantilado y por mi barrio no se pasa, por muchos inmortales que tengas en tu ejercito.

Lo peor, posiblemente Gerges, una Drag de tomo y lomo que provoca risa. Sin desvelar nada, en la escena del encuentro entre Leonidas y Gerges el descojono fue general en toda la sala.

En lo que respecta a lo facha que es la pelicula y todo lo que se ha escrito al respecto pues sí, lo es bastante aunque tengo que poner algunos peros. Se ha dicho que Esparta representa a la democracia, a los hombres libres mientras que Gerges es la dictadura y el imperio. Esparta es una monarquia, con consejo de ancianos como cualquier polis griega pero una monarquia. Los demócratas son los atenienses y, ojo, que la democracia en la Grecia clásica tiene muy poquito que ver con la de hoy. Todos con derecho a voto e iguales sólo los ciudadanos que a los griegos les gustaba un esclavo más que a un tonto un pirulí.

En cuanto a su veracidad histórica, bueno, si tenemos en cuenta que tampoco está del todo clara la versión más admitida por la historiografia digamos que, más o menos, 300 está inspirada en la batalla de las Termopilas que cuentan las crónicas, Aunque, quien coño sabe que pasó allí exactamente. Eso sí, dudo mucho que la cosa fuera como la cuenta Frank Miller.